ANTONIO
NIETO SANDOVAL
EL PILOTO DE 'CHATOS'
'ALLÁ ARRIBA, EN COMBATE, ERA ELLOS O TÚ'
Antonio Nieto fue piloto de Chato. Perteneció a la 3ª
Escuadrilla. Fué nombrado jefe de la 3ª Escuadrilla
en octubre de 1938, sustituyendo a Miguel Zambudio. En enero de
1.939 dejó el mando de la Escuadrilla, siendo sustituido
por Álvaro Muñoz López.
Ascendió a sargento el 30.04.37 y a teniente el 06.02.38.
El distintivo de una cabeza de toro estilizada en color blanco en
el timón sobre la franja roja de la bandera tricolor identificaba
a la Patrulla de los Toros de la 3ª Escuadrilla de Chatos.
A los jefes de las escuadrilla de Chatos se les distinguía
por una figura geométrica en la parte fija de la deriva,
en concreto para la 3ra. era un cuadrado blanco.
JACINTO ANTÓN
Saint-Exupéry, en Pilote de guerre: 'Hoy todavía,
como los camaradas, he despegado contra todos los razonamientos,
todas las evidencias, todas las reacciones del instante'. En esta
tarde calurosa, en su piso de Igualada, el octogenario Antonio Nieto
Sandoval sostiene en sus manos la vieja fotografía en blanco
y negro que le muestra como un joven teniente de aviación
de la República, con dos compañeros de escuadrilla,
Muñoz y Garre, ataviados los tres con gorros y chaquetas
de cuero de piloto. Tres jóvenes guapos, osados, románticos.
Nieto Sandoval observa fijamente su rostro en la foto. ¿Se
reconoce en ese lejano aviador, sus valores, objetivos y sueños?
'Sí, claro', afirma sin una sombra de duda. Nieto Sandoval,
hoy en zapatillas y aquejado de un insidioso reúma, fue jefe
de la célebre tercera escuadrilla de chatos (los aviones
Polikarpov I-15) de las fuerzas aéreas republicanas durante
la Guerra Civil. Vivió la gran letal aventura de la guerra.
Esa guerra cruel, paradojas de la vida, le abrió literalmente
el cielo: aprendió a volar para luchar. Fue un as de caza,
con varios derribos confirmados, aunque hoy, modestamente, decline
hablar de ellos. Tras la guerra, su vida siguió teniendo
colores de aventura.

La 3ª Escuadrilla en Alcublas. Comas, Zambudio, Redondo Ortega,
Pérez, Briz, Montagud, Montilla, Sánchez, Nieto, Falcó,
Hueso y Hernández
Pregunta.
¿Cómo llega uno a ser as de caza de la República?
Respuesta. No pensaba en ser piloto de guerra,
sino en volar y nada más. Cuando estalló la guerra,
el Gobierno pidió personal para aviación. Yo, que
sólo tenía estudios primarios y me preparaba para
estudiar aparejador, vi en aquello la oportunidad de tomar contacto
con los aviones, que siempre me habían interesado. Pasé
unos exámenes a finales del 1936, y en diciembre nos enviaron
a una escuela de vuelo, a Rusia.
P. ¡Rusia!
R. Kirovabad, en el Cáucaso, cerca de Bakú.
Allí hicimos el curso de pilotos. Éramos 200 españoles.
P. Así que su primer vuelo fue en el cielo
de Rusia. ¿Lo recuerda?
R. Sí, en un U-2/Po-2, un biplano de instrucción,
una avionetilla.
P. ¿Qué sintió?
R. Me gustó volar. Era lo que más
había ansiado toda la vida. Un sueño que nunca creí
que fuera a realizar. Entonces volaban los hijos de papá,
y nosotros éramos hijos de obreros. Tomé tierra estupendamente.
P. Volar debía ser entonces cosa de pioneros...
R. ¡Y tan pioneros! Los aparatos eran muy
endebles, no como los de hoy, llenos de instrumentos y con estabilidad
para todo.
P. De vuelta a España, a la guerra...
R. Regresamos, hacia mayo del año 1937,
medio centenar de pilotos españoles, de todo tipo, de cazas,
de vuelo rasante ligero, de bombardero pesado. Ingresé en
la escuadrilla tercera y permanecí en ella toda la guerra.
P. ¿Recuerda las misiones de combate?
R. Empezamos como protección de costas,
de Barcelona a Roses. Protegíamos a los barcos de suministros
del Pato, un hidro con base en Mallorca que venía a darnos
la lata. No teníamos entonces ni radio ni nada, así
que volábamos a vista, íbamos al tuntún. En
el suelo nos decían: 'Por tal sitio se ha visto un avión',
y hacia allí despegábamos. Luego combatimos en el
frente de Teruel.
P. ¿Contra otros aviones?
R. Claro. Los Fiat, los Messerschmitt, Heinkels,
el Stuka, todo lo de los contrarios. Yo empecé en un chato
y acabé en un chato; sólo había eso, tenías
lo que tenías.
P. ¿Qué tal era el chato?
R. El Messerschmitt era superior, pero cada aparato
tenía sus puntos fuertes y débiles. El chato era bueno
en combate, pero en picado, para salir de una persecución,
llevaba las de perder a causa del motor que, al ser radial, te frenaba.
En fin, no me puedo quejar del chato, a mí me fue muy bien.
Creo que la pericia la da el trabajar mucho. Lo sentía como
parte de mí mismo.
P.
La lucha en el aire, ¿cómo era?
R. No hay explicación. Ves unos aviones
enemigos, y si tienes facilidad entras en combate. Y si te atacan,
te defiendes. Disparas. Si tienes suerte es el otro al que ves caer
en llamas. En gran parte es tratar de que no te sacudan a ti. Volar
en combate era menearse todo el rato con los ojos bien abiertos,
mirar mucho, tratar de verlo todo. Los amigos, los enemigos...
P. ¿Era excitante?
R. Sí, nervioso.
P. Usted fue un as. Una especie de Barón
Rojo.
R. Todo lo que hice lo logró la escuadrilla.
No había héroes. Cumplías con el deber.
P. Pero usted derribó a otros pilotos.
R. Eso del derribo es muy elástico. Es difícil
de comprobar e, insisto, casual; puedes tocar un elemento muy sensible
y ya está.
P. ¿Derribó...?
R. Sí.
P. Eso era matar.
R. Era, allí, entonces, cumplir un deber.
P. ¿Siente remordimientos?
R. No, era la guerra. Ves un avión que se
acerca para dispararte, lo esquivas, te metes en su cola y haces
lo que él te haría a ti. ¿Remordimientos? Ninguno.
P. ¿Qué armamento llevaba su chato?
R. Cuatro ametralladoras. Las disparaba desde la
palanca de mandos, con cuatro botones, individualmente, o con un
gatillo, las cuatro a la vez.
P. A usted no lo derribaron.
R. No. He vuelto muy tocado al campo,
una vez con un rafagazo de mil demonios que me destrozó una
rueda; pero gracias a Dios o a la suerte no he sido de los que no
regresaron.
P. ¿Cree que todo aquello tenía un
componente de aventura romántica?
R. Sí, claro, porqué vamos a decir
que no. Por las noches, los que regresábamos cogíamos
un coche e íbamos a divertirnos. Estábamos orgullosos
de ser pilotos.
P. ¿Se considera usted un aventurero?
R. No sé. Quizá un poco cabezón.
Si la aventura es conseguir aquello que te propones... yo lo conseguí.
P. ¿La guerra es una aventura?
R. La guerra es idiota. No debería existir.
Es cierto que gracias a ella realicé mi sueño de volar.
P. Tras la guerra, volvió a volar.
R. Sí, en los años cincuenta trabajaba
para la Dassault en Francia y piloté avionetas. ¡Al
volver a pilotar me temblaban las piernas de emoción!
P. ¿Lo echa de menos ahora?
R. El chato lo tengo metido aquí, en el
corazón. A veces sueño que tiro de la palanca y vuelo.
P. ¿Lo haría volar?
R. No tengo reflejos ya. Pero probaría.
Sin la menor duda, probaría.
LA GUERRA
Antonio Nieto Sandoval (Ciudad Real, 1914) encarna la aventura de
la guerra. Porque la guerra, sucio asunto de mutilación,
dolor y muerte, tiene una rendija por la que se cuela la aventura,
y ése ha sido siempre, desde Fabrizio del Dongo a Mel Gibson,
pasando por los lanceros de Bengala, uno de sus grandes reclamos.
Piloto de caza republicano en la Guerra Civil, jefe de escuadrilla
de chatos, Nieto Sandoval recorrió los cielos como un ave
de presa. Hoy, octogenario, con una mujer que lo adora y seis nietos,
abomina de la guerra. Pero para él fue más que una
aventura, fue la oportunidad de volar. As de la aviación
roja, pasó con su aparato a Francia al acabar la guerra,
fue detenido luego por los alemanes, estuvo a punto de morir en
un batallón disciplinario en África, trabó
amistad con un general franquista y acabó trabajando en la
fábrica de aviones Dassault, el gran nido de los Mirage.
Hombre amable, discreto, con el encanto de un antiguo galán,
se ensimisma en sus recuerdos mientras sus ojos azules como el firmamento
de una mañana de verano se pueblan de aeroplanos enzarzados
en un baile mortal. 'Allá arriba, en combate,
era ellos o tú', afirma.
Información obtenida del diario El País en su edición
del 19 de Agosto de 2002 y de http://www.terra.es/personal7/urquell/anieto.htm.
Fotografías obtenidas de distintas webs.
ESV_Taran
Eskadrilya Seráfimov
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